miércoles, septiembre 09, 2015

"Imaginarios presentes.  Imaginarios futuros”
 Nuevos relatos en las colecciones nacionales del arte.
Casa Nacional del Bicentenario.  
Buenos Aires, Argentina.  9 Septiembre 2015.  
El Ministerio de Cultura de la Nación inauguró en la Casa Nacional del Bicentenario, Imaginarios presentes | Imaginarios futuros. Una exposición que pone en diálogo colecciones de arte de cinco importantes instituciones nacionales: el Palais de Glace, el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan, el Fondo Nacional de las Artes, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Se exhiben más de de noventa importantes obras – pinturas, fotografías, esculturas, grabados e instalaciones – agrupadas a partir de seis núcleos temáticos: Ciclos vitalesVínculosLa palabraInfanciasRituales Espacios.
El proyecto, dirigido por Diana B. Wechsler, Directora de la Maestría en Artes Visuales de UNTREF, y Liliana Piñeiro, Directora Ejecutiva de la Casa Nacional del Bicentenario, tiene como objetivo poner en valor y difundir el patrimonio artístico de estas instituciones constituido a través de adquisiciones, concursos y donaciones.
La curaduría estuvo en manos de un equipo liderado por las investigadoras Marina Aguerre y Talía Bermejo, e integrado por estudiantes avanzados de la Maestría en Curaduría en Artes Visuales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). La producción general estuvo a cargo de la Casa Nacional del Bicentenario y la UNTREF.
Esta iniciativa tiene como antecedente la plataforma conceptual de la exposición Contar historias. Microrrelatos en las Colecciones Nacionales de Arte que tuvo lugar a fines de 2011 en la Casa Nacional del Bicentenario. En esa oportunidad, y con la curaduría de Diana B. Wechsler, se pusieron en diálogo las colecciones del Palais de Glace y la del Fondo Nacional de las Artes.
La exposición puede visitarse de martes a domingo y feriados de 15 a 21 hasta marzo de 2016, con entrada libre y gratuita.
Artistas participantes:
Roberto Aizenberg, Guillermo Alio, Simón Altkorn, Amadeo Azar, Libero Badii, Elba Bairon, Fabiana Barreda, Antonio Berni, Viviana Blanco, Federico Brook, Alberto Bruzzone, Fray Guillermo Butler, Pablo Cabado, Aída Carballo, Silvia Carbone, Emilio Centurión, Isabel Chedufau, Chiachio & Giannone, Dina Cusnir, Miguel Dávila, Tulio de Sagastizábal, Facundo de Zuviría, Juan del Prete, Paula Diringer, Julio Dolz, Hernán Dompé, Diana Dowek, León Ferrari, Estanislao Florido, Ramón Gómez Cornet, Néstor Goyanes, Sarah Grilo, Claudio Grynberg, Patricia Hakim, Annemarie Heinrich, María Juana Heras Velasco, Raúl Heredia, Enio Iommi, Reina Kochashian, Alejandro Kuropatwa, Fernando Lamarque, Pablo Lehmann, Edgardo Madanes, Roberto Matta, Marcelo Mayorga, Fernando Maza, Adriana Miranda, Eliana Molinelli, Beatriz Moreiro, Luis Felipe Noé, Noé Nojechowicz, Ana Dolores Noya, Miguel Ocampo, Saskia Onvlee, Omar Panosetti, Marina Papadopoulos, Emilio Pettoruti, Poloni & Taybo, Liliana Porter, Lidy Prati, Alfredo Prior, Benjamín Franklin Rawson, Agustín Rodrigo, Susana Rodríguez, José Luis Rodríguez Bellinzoni, Alberto M. Rossi, Johann Rugendas, Patricia Salas, Antonio Seguí, Luis Seoane, Eduardo Stupía, Graciela Taquini, Joaquín Torres García, Mónica Van Asperen, Juan Andrés Videla, José Vilanova, Tamara Wassaf, Willems, Xul Solar , Leonello Zambón, Graciela Zar.

TEXTO CURATORIAL
Imaginarios presentes | Imaginarios futuros recorre cinco colecciones nacionales de arte surgidas en distintos momentos históricos. Se propone como un ejercicio de la mirada, un desafío interpretativo que nos permite construir nuevos relatos sobre nuestro patrimonio artístico. A partir de un barrido cronológico amplio y de la consideración de distintos recursos y medios expresivos, se plantea la puesta en diálogo entre las colecciones que intervienen en la muestra. De allí surgen temáticas que atraviesan períodos, espacios y condiciones de producción disímiles; un entramado de sentidos que se desliza a través de la heterogeneidad de propuestas realizadas por artistas canónicos de la historia del arte como así también por otros más noveles.
Este peculiar relato atraviesa seis núcleos temáticos: los ciclos ligados a lo vital, el comienzo de la vida y la muerte; una perspectiva de la infancia pensada como recortes íntimos y subjetivos de una etapa que suele prefigurarse de manera idealizada; los vínculos que enlazan redes de afectividades; la palabra que comunica o sencillamente no se enuncia; la puesta en escena de distintas formas de lo ritual ancladas en cultos ancestrales o en mixturas urbanas de la contemporaneidad; los tránsitos y los pasajes entre los espacios de instalación urbanos y rurales como vivencia del presente o proyecto a futuro.
A su vez, el planteo de la exhibición invita a establecer puentes y a descubrir intersticios entre estos ejes, ya sea a partir de la asociación de aspectos formales o por la identificación de determinadas aristas que permiten entrelazar discursos comunes.
De esta manera, la selección realizada sobre estas colecciones –conformadas con perfiles y objetivos diversos– brinda una nueva oportunidad para establecer nexos y proponer nuevos horizontes de visibilidad para las obras de nuestro patrimonio. Asimismo, sugiere la posibilidad de continuar indagando sobre estos imaginarios visuales que, desde un determinado presente, revisan el pasado y conjeturan posibles futuros.

ORGANIZACIÓN DE LA EXPOSICIÓN POR NÚCLEOS
Ciclos vitalesLos ciclos discurren desde la informalidad de los materiales a la madurez de la forma; la explosión aparece como principio en las superficies de Prior, la forma estalla en color y textura, deviene energía vital. Desde otra mirada, la indefinición de las formas se asocian a lo orgánico y a lo onírico marcando el pulso vital. A su vez, lo que está en germen, las semillas, la flor germinada o ciertas reminiscencias al nido en Madanes nos llevan al comienzo de la vida. Todo lo que aparece en estado embrionario, en carácter de proyecto, se reconfigura a través del tiempo. Es el corazón de Chedufau y la degradación de los materiales; la repetición y la sugestión del tiempo en Zambón y Iommi. El recorrido parece finalizar para renovarse una y otra vez en la obra de Porter con aquello que se arrastra y termina como referente del tiempo que transcurre entre la vida y la muerte; tensiones que están ligadas a una idea de devenir.
Vínculos
Las vías del intercambio social hallan en los diferentes soportes contrapuntos formales que refuerzan concepciones tradicionales en torno a los vínculos o bien proponen otras modos de relación. La solidez y la contundencia en las composiciones de figuras que representan la familia nuclear, según Rawson y Badii, ceden el lugar a otro tipo de lazos habilitando historias de amor o fugaces encuentros eróticos.
Las redes se amplían en abigarradas escenas de personajes que parecen sugerir un inquietante anonimato. En un plano más actual, también se presentan los canales virtuales de comunicación e intercambio con sus códigos específicos. Así, desde las representaciones de una temprana tradición plástica a las esculturas, fotografías y dibujos contemporáneos, las obras de este núcleo dan cuenta de las tramas que organizan el tejido de lo social.
La palabraLos grafismos irrumpen el espacio plástico e invaden el plano. Las letras de molde, vehículos privilegiados para la transmisión de ideas y realidades, intervienen nuestro horizonte cotidiano de imágenes. No obstante, trascienden las circunstancias temporales y permiten pensar un diálogo anacrónico entre las narrativas de fines del siglo XIX y las vanguardias del XX. La palabra también es utilizada para componer espacios y volúmenes. La repetición y la yuxtaposición de letras pueden transformarse en trama densa e ininteligible, o convertirse en el bajo continuo necesario para subrayar la noción de autorretrato. Imagen y palabra interactúan para construir la propia biografía, manifestar, reunir y convocar presencias ausentes. De esta manera, la palabra fluye o se quiebra en el universo de la correspondencia, habilita canales íntimos o suspende la comunicación, interrumpe o reanuda el diálogo.
InfanciasEste núcleo reúne imágenes pensadas como recortes, temporalidades distintas de una misma época vital. Se trata de obras que reflexionan acerca de vivencias y quiebran estereotipos, se alargan las distancias con lo esperado; remiten a imaginarios atravesados por diferentes realidades. Ciertas representaciones, como las de Centurión o Altkorn, por ejemplo, ponen en juego la libertad cercenada por las convenciones, la pose, la puesta en escena que domina el adulto y determina la imagen del niño proyectada en el retrato pictórico o en la fotografía; imágenes que perduran en el tiempo y trascienden el espacio de lo privado o doméstico. El deseo de evocar y preservar las propias infancias y también las de otros, en calidad de patrimonio a la vez íntimo y público, aparece a través de la recolección de fotografías y los objetos intervenidos; objetos que atraviesan las infancias y devienen en referencias más o menos literales al universo de los juegos y los cuentos, las historias muchas veces contadas, leídas, actuadas.
Rituales
Este eje reúne obras evocativas de costumbres y ceremonias que de un modo u otro organizan la vida individual y colectiva. La alternancia del ámbito de lo público y lo privado, de las prácticas de devoción y las necesidades sociales se vuelca aquí en un abanico de materialidades y planteos estéticos. Por un lado, los metales se perforan para señalar las puertas de un templo; por otro, se impone la figuración para representar arraigadas creencias regionales como la Difunta Correa o sincretismos contemporáneos como los Ekekos. Asimismo, aparecen los rituales sociales y la mística del líder en propuestas que piensan la circulación de las imágenes y su consumo. Ideas relativas a la muerte y a la temporalidad invaden la denuncia corporeizada en los huesos encadenados de Ferrari; los mismos elementos que confeccionan un sutil bordado en la obra de Diringer. De esta manera, creencias, hábitos, ritos y cultos de distinto signo conviven en el cruce del tiempo e imponen renovadas prácticas de reflexión.
EspaciosLos imaginarios se construyen desde los entornos ciudadanos o desde representaciones del campo como paisajes inventados, recordados, o bien como el lugar de lo utópico e incontaminado, irreductible al poder de la ciudad. El imaginario urbano se desliza a través de algunos de sus protagonistas: en el espacio doméstico y resguardado del barrio o en el distanciamiento de las calles céntricas donde el muro, a través del graffiti y los carteles, es el que comunica y transmite los mensajes de voces anónimas. Los pasajes, los tránsitos y el viaje son temas destacados en este núcleo y con ellos las transformaciones que trae la velocidad en la percepción del tiempo y del entorno. A su vez, aparecen las ruinas, la ruptura o los quiebres en el espacio cultural y en la naturaleza. Entre la ciudad, los suburbios y el campo se evocan escenarios que, lejos de cerrarse sobre sí mismos, tienden a conectar espacios; o bien, por contraste, marcan la distancia irrevocable entre unos y otros. Estas propuestas establecen ciertos modos de transición y apuntan una mirada reflexiva sobre las vivencias y los deseos proyectados en cada hábitat. La ciudad es nombrada en su capacidad de metamorfosis constante, el trabajo del hombre, sus proyecciones y apuestas a futuro.

Las vías del intercambio social hallan en los diferentes soportes contrapuntos formales que refuerzan concepciones tradicionales en torno a los vínculos o bien proponen otras modos de relación. La solidez y la contundencia en las composiciones de figuras que representan la familia nuclear, según Rawson y Badii, ceden el lugar a otro tipo de lazos habilitando historias de amor o fugaces encuentros eróticos. Las redes se amplían en abigarradas escenas de personajes que parecen sugerir un inquietante anonimato. En un plano más actual, también se presentan los canales virtuales de comunicación e intercambio con sus códigos específicos. Así, desde las representaciones de una temprana tradición plástica a las esculturas, fotografías y dibujos contemporáneos, las obras de este núcleo dan cuenta de las tramas que organizan el tejido de lo social.